Llámalo empatizar, imaginar, ponerse en lugar.

Nunca nadie se pone en el lugar de según qué situaciones.

En una guerra. En un terremoto. En una avaricia y pérdida de humanidad extremas.

Nadie se pone en el lugar de las personas dependientes. Esos grandes desconocidos que seremos. Tan poco tiempo que será tan largo. Si hay suerte.

Cuando la vida no es sumar y te queda que restar.

Cuenta atrás

Me miro el ombligo tan profundo que me enmimismo.

Una gota de agua colgada, a duras penas, 

de la última hebra de lana que el orificio ha recogido, me recuerda

que hace poco he sido duchado, pasando frío.

Sin embargo, porque no soy propietario

dicen que hace calor. Me siento el caldo de cultivo

de unos cuantos, dejé de contar, años,

en los que los gérmenes campan a lo, cada vez más, ancho,

cada vez menos largo,

de lo que sea que ya no soy yo, en que me he convertido.

10

Me parece que no has venido,

aunque no pueda asegurarlo, ya nada es

como era antaño, cuando el valor podías asegurarlo,

cuando la fuerza podías asegurarla,

cuando el amor podías asegurarlo,

y su consecución a duras penas.

Cosa que ahora, de valor y fuerza

te descuentan en función de tablas de depreciación,

y de amor y de su consecución te desprecian tus propias consecuencias

9

Me siento raro,

será porque el coxis me está matando,

será porque llevo tanto tiempo sentado

que hasta me ha dado por rezar,

cosa que nunca había planeado.

Porque siempre me habían enseñado

que pedir para no lograr era desgastar la esperanza,

ya tan fina como la piel de mis nalgas.

8

Me llaman viejo como a un utensilio,

sin pretender ser peyorativo, escucha mi hipoacusia.

Como acusado por haber llegado hasta donde me han traído

mis pasos a gatas, dubitativos, luego largos, fuertes, dónde han quedado.

Empiezan a ser dubitativas las certezas, dónde han quedado

las miras altas, la postura erguida. Se me encasilla

en la tercera edad. Dónde está la salida

7

Me dicen qué es lo mejor para mí, como si no lo supiera.

Como si no quisiera ejercer mi derecho a que no me diera la gana.

No es difícil darse cuenta de cuál es la realidad,

más a mis años, lo que es complicado es asumir

el reto de deber y no poder evitarlo,

cuando toda la vida ha sido posible.

6

Me parece que no todo es válido,

aunque para los jóvenes todo lo parezca.

Que no todos somos jóvenes,

aunque todos estemos estancados mentalmente en la treintena.

Porque la cuarentena es para los apestados.

5

Me hacen creer que me quieren,

y que lo único que quieren es mi bienestar,

sin saber si uno quiere, si bien no ser,

quizá no estar.

4

Y me duele

saber que es verdad, que todo lo que duele es porque existe,

a pesar de que ignoráramos su existencia.

3

Y me apetecería, pero no lo digo por cortesía,

y por el amor al prójimo, que he perdido por mí mismo.

2

Y miro el reloj, y otro segundo ha pasado, cuando el primero aún no ha llegado

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