Quién teme

Erase una vez...
Tres Cerditos Ancianos, que le tenían un pavor extraordinario a Alzheimer Feroz, porque había atacado a Cerditos Ancianos de otras pocilgas, enfermando varios
Y, porque le tenían miedo, se fueron construyendo refugios, alejados del resto de Cerditos
Uno de soledad y paja
Otro de química y madera
Mientras que el tercero, antes de construir, primero se informó de los puntos débiles de mal tan fiero
Y como, primero el solitario se fue desvaneciendo, lo hizo mascullando para su auto convencimiento: "Quién teme Alzheimer Feroz, Alzheimer Feroz, Alzheimer Feroz; quién teme Alzheimer Feroz, Alzheimer Feroz"
Y como, después el polimedicado se fue autoconsumiendo, lo hizo rezando en cada trago: "Quién teme Alzheimer Feroz, Alzheimer Feroz, Alzheimer Feroz; quién teme Alzheimer Feroz, Alzheimer Feroz"
Y, más tarde, el tercero empezó a darle forma a lo que habría de ser su pilar y su sustento, cantando, seguro de su acierto: "Quién teme Alzheimer Feroz, Alzheimer Feroz, Alzheimer Feroz; quién teme Alzheimer Feroz, Alzheimer Feroz"
Por eso, cuando un Cerdito enfermo avanzó por el sendero que llevaba a la cabaña de soledad del primero de los Cerditos, éste salió corriendo
Por eso, cuando por un exceso de medicamentos ingresaron al segundo de ellos en medicina interna, al verse rodeado de Cerditos enfermos, éste firmó el alta y salió corriendo
Por eso llegaron al hogar del tercero, firme, esbelto, con puente levadizo, salón de plenos, comedor, gimnasio, jardines, peluquería y atención por parte de expertos
Y se sintieron a salvo porque vieron un buen número de Cerditos que habían sido atacados pero que a ningún otro Cerdito habían contagiado
No había soledad
Ni había miedo
Había convivencia y respeto
Por eso cantaron todos
Sanos de esto
Enfermos de aquello:
"Quién teme Alzheimer Feroz, Alzheimer Feroz, Alzheimer Feroz; quién teme Alzheimer Feroz, Alzheimer Feroz"